Superado el sistema analógico, el camino hacia las tecnologías digitales promueve la funcionalidad operativa, la comodidad en la conservación de los datos y la limpieza en todos los sentidos. Hoy en día, el escáner de placas de fósforo es un dispositivo digital ampliamente utilizado que contribuye a mejorar la operatividad del profesional del sector odontológico. Todo ello sin alterar las costumbres de quien ha seguido utilizando las películas tradicionales hasta ayer.
Respecto al procedimiento de adquisición de una radiografía con la película tradicional, la radiología computarizada sigue el mismo procedimiento hasta la conversión en imagen útil para el diagnóstico. En pocas palabras, el momento de la adquisición no cambia, mientras que la lectura y la conservación presentan muchas ventajas.
El escáner de placas de fósforo utiliza unas placas finas, flexibles, cómodas y disponibles en varios formatos y dimensiones para adquirir imágenes pediátricas, periapicales, bitewing y bitewing largas. Se posicionan como las películas tradicionales y a menudo son perfectamente compatibles con los centradores estándar para placas analógicas.
La placa posee una alta sensibilidad, por lo que permite obtener imágenes de alta calidad y ricas en detalles. Además, la dosis de rayos es mínima si se compara con la que se necesita para la película radiográfica tradicional.
Después de la exposición se introduce la placa en el lector, donde el proceso de conversión en radiografía digital ha sido automatizado. Una vez completada la conversión se borran los fósforos que han servido para memorizar la imagen, por lo que es posible reutilizar las placas muchas veces.
El flujo de trabajo típico de la adquisición de radiografías digitales con placas de fósforos y de su posterior conversión en imagen digital incluye las siguientes fases:
En primer lugar, la tecnología digital permite utilizar software y hardware tanto para modificar y optimizar la imagen como para archivarla.
A diferencia de la técnica analógica con películas, en caso de que se produzca un error de exposición podrá corregirse posteriormente con una placa digital para obtener una imagen útil para el diagnóstico. Por el contrario, el error de exposición en película es irremediable y hace que sea necesario exponer de nuevo al paciente.
La velocidad de conversión de la radiografía digital –normalmente de pocos segundos, entre 4 y 8– unida a la comodidad de no tener que alejarse del sillón para revelar las películas optimiza el flujo de trabajo. Por lo general el lector es muy compacto y se puede instalar sobre un mueble o incluso en la pared, si se suministra con un soporte específico como en el caso de Hy-Scan: una solución ligera y poco voluminosa creada por MyRay.
Una ventaja adicional de los sistemas digitales es la ausencia total de los consumibles que se suelen comprar y conservar habitualmente en el consultorio, como películas o productos químicos. La ausencia de cables de conexión con el PC es otro punto a favor de las placas de fósforo respecto a los sensores radiográficos de la radiología directa. Además, las placas son más finas, ergonómicas y fáciles de intercambiar, mientras que el sensor radiográfico tiene una medida fija y es más grueso.
Por último, la imagen digital está siempre disponible, incluso a distancia, y puede modificarse en cualquier momento utilizando un software adecuado. De esta forma es posible aumentar el contraste, la nitidez y el brillo y filtrar la imagen o ampliarla.
Antes de elegir el modelo es oportuno examinar múltiples aspectos: de las prestaciones a las características puramente ergonómicas. Como parámetro para establecer una comparación transversal utilizaremos el escáner Hy-Scan de MyRay.
En primer lugar, la resolución de las imágenes es un factor clave para determinar la calidad del dispositivo y debería ser superior a 30 píxeles/mm. Hy-Scan proporciona imágenes de alta resolución, de 34 píxeles/mm.
Además, gracias a sus filtros especiales desarrollados para mejorar las imágenes producidas por las placas de fósforo, Hy-Scan permite adquirir un juego de 5 imágenes. Cada una de ellas ha sido optimizada para resaltar diferentes detalles anatómicos con distintos niveles de nitidez y contraste que permiten mejorar el diagnóstico.
La posibilidad de transferir las imágenes a un PC mediante una conexión Ethernet es sumamente útil y contribuye a acelerar todavía más el flujo de trabajo. Gracias a una aplicación específica, el médico puede visualizarlas también en un iPad con el sistema desarrollado por MyRay.
A través de la función MultiROOM, MyRay ofrece la interesante posibilidad de gestionar el sistema de escaneo a distancia (conectado al servidor del consultorio). Se reserva el escaneo directamente desde el puesto de trabajo, al lado del paciente, y las imágenes quedan memorizadas de manera automática en su historial clínico. De esta forma se visualizarán inmediatamente en el PC o en el monitor de la consulta.
Para terminar, es necesario examinar los aspectos ergonómicos: cuanto más compacto sea el dispositivo, más simple será instalarlo cerca del sillón. El peso es un factor menos crítico, pero si no supera los 5 kg podrá fijarse cómodamente a la pared.
También hay que prestar atención al mecanismo que hace transitar la placa a través del escáner y que permite una gestión no-touch. Aunque existen varios modelos que emplean pequeños rodillos que arrastran la placa, la incorporación de una fina capa magnética en la placa es una solución ideal para evitar el deterioro que suele sufrir a causa de la inevitable presencia de partículas de polvo.
Algunos modelos, como el propuesto por MyRay, se suministran con accesorios utilísimos, como el recipiente transportable para proteger y guardar en orden las placas.